Viviendas
tradicionales
La ubicación de la casa se determina de
forma tradicional, aplicando los principios de la geomancia. Se cree que cada configuración
topográfica desencadena fuerzas invisibles buenas y malas (Gi). Por eso,
un lugar será adecuado para construir, sólo si las energías positivas y negativas
(Yin y Yang) están en armonía.
La casa debe construirse dando la
espalda a una colina, de manera tal que por el sur reciba tanta luz solar como
sea posible. Aún hoy en día los coreanos prefieren las casas que cumplen con
estas condiciones. Mediante la geomancia también se determina la forma de la vivienda, la dirección en que se
construirá y los materiales que se emplearán para su edificación.
Las viviendas coreanas tradicionales
cuentan con un ala interna (anchae) y un ala exterior (sarangchae).
La arquitectura particular de cada vivienda varía según la región y el estatus
económico de la familia que la habita. Por ejemplo, los aristócratas utilizaban
el ala exterior para recibir a sus invitados, mientras que los campesinos
guardaban allí al ganado y las provisiones. En términos generales, cuanto más
pudiente era la familia, tanto más grande era la casa, pero estaba prohibido
poseer una residencia de más de 99 kan.
Un kan equivale al espacio existente entre
dos de los pilares de madera que sostienen el muro exterior, tal como los que
se solía emplear en las casas tradicionales coreanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario