Los principios que rigen el diseño de
los jardines en los templos de Corea son los mismos que se aplican en los
jardines privados. Los jardines coreanos se asemejan a los chinos y japoneses,
debido a que en estos países del extremo oriente, el arte de la jardinería está
muy influenciado por los principios taoístas, los cuales buscan exaltar lo
místico y la naturaleza. En Corea, a diferencia de China y Japón, se evita
incluir elementos artificiales en los jardines.
El estanque de lotos es un componente
importante de los jardines coreanos. Cuando en la propiedad corre un arroyo
natural, junto a éste se suele construir un pabellón, de manera que es posible
observar y disfrutar cómodamente del paisaje y del sonido del agua. En muchos
jardines tradicionales también se pueden apreciar macizos de flores cultivados
en forma escalonada.
El jardín Poseokjeong, cerca de Gyeongju, fue construido en el período Silla y es la muestra más representativa del importante papel que cumple el
agua en los jardines coreanos. En el centro del jardín hay un estrecho canal de
agua en forma de concha. Durante los últimos días del reino de Silla, el rey se sentaba a conversar con sus invitados junto a
dicho circuito, mientras que se servían de las copas de vino que flotaban en el
agua.
Con motivo de la Feria del Libro de Fráncfort 2005, en la que Corea participó como país invitado, se
construyó un jardín coreano en el Grüneburgpark, el parque más grande de Fráncfort del Meno.
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