La característica más apreciada en los
productos artesanales coreanos es su utilidad en las labores diarias, no
obstante, éstos se encuentran artísticamente decorados. Los materiales
tradicionales empleados en su fabricación son el metal, la madera, la tela, el
esmalte y la arcilla. Posteriormente, también se utilizó vidrio, cuero y papel,
pero sólo de forma ocasional.
En las muestras más antiguas de
artesanía coreana, como es el caso de las piezas de alfarería rojas y negras,
es posible reconocer su similitud con los objetos producidos por los pueblos
chinos que surgieron a lo largo del Río Amarillo. Mientras que en los restos
que datan de la edad de bronce ya se pueden observar características eminentemente coreanas.
Se han desenterrado muchas obras
artesanales sofisticadas donde se aprecia el típico estilo coreano, por
ejemplo, coronas sumamente decoradas, piezas de alfarería coloreada, ollas y
adornos. Así mismo, el trabajo en bronce alcanzó su máximo esplendor durante el
período Goryeo, tal es así que Corea era famosa por sus enormes
campanas y estatuas de bronce. Sin embargo, casi todas estas obras maestras de
la artesanía fueron destruidas durante la ocupación Hideyoshi, y en la actualidad sólo quedan tres
campanas. Igualmente, durante el reinado de la dinastía Goryeo, la producción de celadón alcanzó su punto máximo. Gracias a su exquisito acabado, esta cerámica
de un matiz verdoso superó incluso a sus versiones chinas.
Durante el período Joseon, los artículos de porcelana, decorados con motivos tanto
en blanco puro como en azul, llegaron a ser especialmente populares. El trabajo
en madera también alcanzó un alto nivel de desarrollo, lo cual se refleja sobre
todo en los hermosos muebles, armarios, baúles y mesas, que en algunos casos
tienen incrustaciones de nácar; así como en los objetos tallados en madera,
artísticamente trabajados, que se encuentran en los templos y palacios.
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